Las claves para reciclar un mueble antiguo


Lo “vintage” es una tendencia que pisa fuerte también en el mundo de la decoración. Pero ¿Cómo reacondicionar antiguos artículos? Aquí algunos pasos a tener en cuenta.


Se pueden reciclar materiales usados o desechos y transformarlos en objetos únicos e irrepetibles.


Utilizar viejos elementos que la gente suele sacar a la puerta de su domicilio porque no les encuentra un uso. Desde sillas de hierro, sifones de soda, banquitos de madera y teléfonos; pasando por latas de galletitas, mesas y molinillos de café, hasta mates, armarios y hormas de zapatos, entre otros objetos.


Todo puede ser reciclado. Los muebles antiguos tienen una magia muy especial porque han sido testigos de vidas, historias y épocas.


Mucha gente suele inclinarse por ellos a la hora de decorar una nueva propiedad. Fundamentalmente, porque fueron hechos en forma manual por los carpinteros, quienes aprendieron el oficio de otros, oficio que se ha ido perdiendo en la Argentina como consecuencia de la fabricación de muebles en serie, esos que se conocen como descartables.


Por eso, cuando se encuentra algún ejemplar abandonado en la calle o se hereda de algún pariente, encontramos una buena oportunidad para rescatarlo del olvido y revivirlo para que el mueble continúe luciéndose en un hogar.  


Aquí algunos pasos a tener en cuenta cuando se busca reciclar un mueble abandonado:


1-. Si el mueble está pintado de algún color, lo primero que se hace es frotarlo con lana de acero (se compra en cualquier ferretería) para ver si aparecen otras capas de pintura. En ciertas ocasiones, surgen dos o tres colores más, y va quedando un patinado rústico muy interesante. En ese caso, se completa la tarea frotando el excedente, pasándole cera y listo. Por ejemplo, si se trata de una silla, se le agrega un almohadoncito de crochet, bien colorido, y queda ideal para algún rinconcito del hogar.


2. En el caso de que se quiera el mueble lavado, o sea, sin pintura, se le pasa removedor con un pincel (¡ojo! es un producto muy fuerte y se recomienda usar guantes), dejándolo actuar unos 10 minutos. Cuando se arruga toda la pintura, se la raspa con un pedacito de vidrio roto. Es probable que tenga que repetirse la operación en varias oportunidades, hasta que quede poquito. Después se acciona con lana de acero (llamada también virulana) hasta que quede bien limpia.


3. Si el mueble no está pintado, se frota directamente con lana de acero. Hasta que se vea impecable la madera. Lo más probable es que aparezcan robles, cedros o pinoteas, todas maderas bellísimas, nobles que, en la actualidad, escasean. Una vez terminado, se pinta con sellador transparente, pero diluido en thinner, también conocido como diluyente o adelgazador de pinturas (productos que se compran en pinturerías o ferreterías). ¿Cuántas capas? Dos, preferiblemente, porque seca rápido. Luego se le pasa cera en pasta y listo. Alrededor de una mesa, se recomienda reunir sillas diferentes, le da un toque original y creativo al ambiente.


4. Si el mueble no está firme, o tiene alguna superficie muy deteriorada, se debe recurrir al carpintero del barrio. Encolar una silla o reemplazar una tapa, no debería ser muy costoso. Algunas marcas o pequeños agujeros pueden rellenarse con masilla plástica. Se aplica en el lugar deteriorado y cuando está seco, se lija bien hasta que quede suave al tacto.


5. En el caso de que no tenga buen aspecto o queden parches visibles, es el momento de darle una buena lijada y elegir un lindo color de esmalte sintético. ¿Qué colores elegir? Suelen alegrar los ambientes los que denomino “jugados”, como el turquesa, el magenta y el rojo. Ahora si el dueño de casa es atrevido, se recomienda que combine dos colores, porque queda muy bien. ¡Es cuestión de animarse!


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