Consejos para favorecer la entrada de luz natural en tu casa
La luz natural aporta bienestar y energía, y ayuda a reducir la factura de electricidad (ya sea en calefacción, porque es fuente de calor, como en iluminación artificial). Lograr una casa luminosa es posible y resulta más fácil de lo que pensamos, entre las ventajas que esto implica podemos mencionar que a nivel decorativo, un espacio luminoso siempre parecerá mayor que uno más oscuro.
Cambiar el perfil de las ventanas puede incrementar la entrada de luz en varios centímetros en todo el marco. Sobre todo si son de aluminio, su espesor será menor, y por lo tanto regalarán una mayor superficie acristalada.
Una vez que la luz ha entrado en casa, lo que se trata es de multiplicarla. El color puede servirte de gran ayuda para conseguir este fin. Por lo general, el blanco y las tonalidades claras (como beige o crema) expanden más la luz, mientras que las oscuras la absorben. Al elegir un color determinado se debe tener en cuenta también el resto de colores con los que compartirá espacio.
Y es que un tono claro sobre uno oscuro parecerá más claro de lo que realmente es, y viceversa. Un truco es emplear el blanco para suavizar el efecto del resto de colores, y si no quieres equivocarte, lo más práctico es unificar todos los elementos en tonos claros de la misma gama.
Para que el espacio no quede demasiado monocromático, puedes añadir pinceladas de color con alguna tonalidad fría como verdes, azules o violetas, que además aportarán un agradable frescor. Los tonos anaranjados o rojizos proporcionan una luz cálida muy adecuada para zonas con poca luz natural, como recibidores o pasillos.
Si no quieres cambiar el suelo de madera, pero sí hacerlo más luminoso, tienes diferentes opciones como aclararlo con unos productos especiales elaborados a base de agua oxigenada, que permiten decolorar las maderas nobles y eliminar tintes. También puedes decaparlo o pintarlo con pinturas específicas para esta finalidades. En ambos casos es recomendable que acudas a un profesional.
Por último, debes buscar una distribución que permita una mejor circulación. Para ello coloca las piezas grandes y altas a la pared para dejar libres las ventanas. Frente a ellas ubica solo los muebles de respaldo bajo, y en la medida de lo posible orienta los asientos (sofás, butacas, etc.) hacia el exterior. Destina las zonas más luminosas a los ambientes principales, como salón y comedor, y favorece el paso de la luz con muros a media altura o librerías sin trasera.
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