Si no estás muy seguro de que tu casa está bien decorada, hazte estas tres preguntas: ¿La habitación en cuestión es funcional? ¿Expresa un sentimiento? ¿Muestra un sentido de la armonía?
Por ejemplo: tu sala. Este es el cuarto de la casa que solo te sirve para colocar tus revistas –sobre la mesita de café- y colapsar en el sillón cuando llegas a casa después del trabajo. O es un lugar tan formal, ya que es el cuarto donde recibes a tus invitados- que ni siquiera te sirve para relajarte.
Una sala exitosa tiene que ser funcional. Es decir, debe ser un encuentro de las dos situaciones anteriores, donde puedes relajarte y leer un libro, y donde tus invitados se sentirán cómodos, porque ha suficientes sillas y sillones cómodos donde sentarse, y suficientes mesitas para que coloquen sus bebidas.
Ahora pregúntate si expresa un sentimiento. ¿Tu sala es un lugar que te dice algo? Si quieres que sea un lugar para relajarte en familia, ese debe ser el sentimiento que reine, en los colores suaves, en las texturas cómodas y cálidas, en los muebles acogedores.
¿Es armoniosa? Esta va de la mano con la anterior. Los colores combinan, al igual que las líneas, o sientes que algo desentona. La sala o cualquier habitación de la casa, no puede ser incómoda al ojo.
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